domingo, 16 de enero de 2011

¿Y a ti quién te mató, madre? (Fragmento 11)


tuve que esperar veintiún años. unodostrescuatrocincoseisieteochonuevediezoncedocetrececatorcequincedieciseisdiecisietedieciochodiecinueveinteveintiún años vi a mi madre morada, el ojo hinchado, la escuché gritar, miré sus lágrimas, conté los golpes sobre su carne. veintiún años de recibir sobre mi propio cuerpo los insultos, por metiche, por llorón, por puto. pero me doy cuenta de sus arrugas, de sus brazos flacos, de su pequeña estatura. tuve que esperar veintiún años para poder partirle la madre. llegó, se arremangó la camisa. bastó un empujón para que cayera. mis puños no se habían sentido tan bien. me da golpes, deja de hacerlo para cubrirse pero no puede, mi odio sigue encontrándole la cara. mis puños parecen flores. sus insultos se han ido transformando en simples quejas. no sé cuánto tiempo tenga mamá gritando, la oigo, pide auxilio, que llamen a la policía, nadie vendrá, los vecinos están acostumbrados ya a sus gritos. mamá pide que lo dejé, que está viejo, borracho, y a mí qué me importa, que soy un desgraciado, intenta controlarme con sus brazos, pero no puedes, mamá, entiende, son muchos años esperando. dejo de golpearlo no por los escobazos que me da mamá, sino porque te rompí la boca, mamita. perdóname. veo al viejo inconsciente, tirado en el piso, mamá a su lado, los dos indefensos y yo erguido, poderoso, como un Dios. me doy asco. me lleva la chingada. no tienes que decir nada, mamá. ese día salí de casa de mi madre, después de veintiún años

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